Ni clientes ni empresas quieren oír de la palabra mercenario
Estos ejércitos al servicio del mejor postor son un negocio multimillonario que mueve miles de millones altamente especializado y a veces más poder y mas medios que algunos ejércitos nacionales. Vivimos una autentica edad de oro de los mercenarios, están desplegados en todos los conflictos que hay por el mundo, pensemos por ejemplo en Ucrania, donde Rusia contrata al Grupo Wagner para poder negar su participación. El Gobierno y sobre todo los oligarcas contratan una especie de Naciones Unidas de mercenarios; allí hay Chechenos, suecos, franceses, rusos, serbios. En Nigeria la guerra contra Boko Haram la están luchando mercenarios, en Siria el gobierno de Bashar al-Assad a recompensado a las empresas de mercenario que ha arrebatado territorio a Estado Islámico con derechos petroleros y mineros. Los terroristas también contratan a empresas de mercenarios como Mahatma Táctica que tiene su sede en Uzbekistan y solo trabaja para Yihadistas. Las ONG están contratando mercenarios: SaveThe Children, Caritas, World Visión. Quienes recurren cada vez más a los ejércitos privados para proteger su gente, para proteger sus bienes. Para proteger a los civiles en zonas de conflicto; cualquiera con el suficiente dinero puede contratar a uno de estos ejércitos privados. Tanto así que un día la actriz Mia Farrow se planteó contratar a “Blackwater” para acabar con el genocidio en Darfur. Corporaciones mineras petrolíferas también prefieren contratar estos ejércitos privados en vez de confiar en los ejércitos locales; que generalmente son o ineptos o corruptos. En el mar hay mercenarios: Hay corsarios en el golfo de Adén, en el Estrecho de Malaka, en el Golfo de Guinea. Tienen barcos nodriza en los cuales esperan a que alguien pase, un cliente; que suele ser un petrolero o un buque de contenedores. Se presentan allí con un helicóptero y mientras están surcando aguas piratas actúan como personal de seguridad, con armas de alto calibre. Toda esta gente que contrata mercenarios esgrime el mismo argumento: Si nuestros gobiernos o las instituciones internacionales son incapaces de garantizar nuestra seguridad ¿Por qué no podemos pagar a una empresa que si la garantiza? Ni clientes ni empresas quieren oír de la palabra mercenario, hay un montón de eufemismos: empresas de seguridad privada, contratistas de militares privados, empresa de seguridad privada militar, empresas militares privadas, proveedores de servicios militares, Contratistas operativos, contratistas de contingencia. Estamos en un escenario de mercantilización de la guerra donde la fuerza militar se compra y se vende como cualquier otra mercancía. Las grandes corporaciones militares privadas de la actualidad como Din Corp International, Almor Group cotizan en bolsa. Un posible origen, de este gigantesco bum de un mercado que se compone cerca de 100 empresas que se reparten un pastel de unos 200 mil millones de dólares, está en las guerras de Irak y Afganistán cuando los Estados Unidos contrataron a miles de civiles armados para hacer las cosas que no podían o no quería que hicieran sus soldados. Por ejemplo, durante la larguísima guerra de Afganistán en todo momento estuvo desplegado sobre terreno mas contratistas que soldados. En Irak pasaba más o menos lo mismo, aunque estaba mas igualadas las proporciones y de hecho la opinión pública internacional no hubiera reparado de la presencia de estos contratistas de no ser por el trágico incidente de la plaza de Nisour cuando un escuadrón de mercenarios de “Blackwater” mató a 17 civiles en un cruce de tráfico en Bagdad. Otro uso de los mercenarios es ser chivo expiatorio de los crímenes de guerra. A pesar de los prejuicios la mayor parte de los crímenes de guerra los cometen los soldados regulares. Los soldados de uno u otro bando sean ejércitos nacionales, insurgentes… Los que están movidos por el patriotismo el odio al enemigo, la ideología, el fanatismo religioso. Los contratistas generalmente se comportan como profesionales, no le tienen ningún odio a su enemigo, ni ninguna lealtad de lo que estipula el contrato a su patrón. Tomado de: Ivoox Dias extraños.