Chofi tiene siete años y le gusta la navidad, no disimula que disfruta como los demás del árbol con luces y adora la decoración casi tanto como encontrarse con sus primos Mafe y Dani. Con ellos recorren locamente la casa y logran desparpajar los juguetes.
Cuando ya están cansados de corretear se sientan a decirse las verdades que enrojece a veces a los adultos. Mafe retó a su prima.
– El niño Dios me va a traer una linda bicicleta, porque me porto bien – le dijo
– Es mentira – dijo Chofi – el niño Dios no existe, los regalos los trae los papas- concluyó.
-Pues claro- dijo Dani –como no hay pesebre no tiene donde llegar el niño- terminó.
El silencio los rodeó mientras intercambiaban las miradas de ojos grandes y los labios que se movían sin sonidos.
-Los regarlos los ponen debajo del árbol – dijo Chofi
-Entonces los regalos los trae Papá Noel – dijo Dani
-No puede porque Papá Noel entra por la chimenea y aquí no hay- dijo Mafe
-No no no ¡Papá Noel no existe! – insistió Chofi
-¡SI EXISTE!- Grito indignada Mafe -Me lo dijo mis papás- concluyó mientras en su cabeza no podía imaginar quedarse sin regalo.
Dani tiene nueve años y tiene corazón de cazador por lo que fue fácil inventarse una aventura.
-Pongámosle una trampa- les dijo lleno de emoción
-¿A quién?- pregunto Chofi
-No sé, al que traiga los regalos- confirmó Dani
La propuesta fue aceptada de manera unánime. Sin embargo las niñas se miraron a lo mejor compartiendo la misma incertidumbre.
-¿Qué es una trampa?- Preguntaron en coro Mafe y Chofi.
-Es… – Dani se demora un poco pesando -Es como un poso donde se caen- Terminó.
-No eso no sirve. ¿Como vamos a hacer un poso en la casa? – Dijo Chofi
-¿Cómo vamos a hacerle eso al niño Dios?- Dijo Mafe
-Y a mis papás no los hago caer en un poso- Aseguró Chofi
Dani tomó su Mentón y colocando una mano en la espalda dio unos pasos de derecha a izquierda y otros de Izquierda a derecha. -primero necesitamos un pesebre para que tenga donde llegar el Niño Dios – dijo Dani
-Y una chimenea para que entre Papá Noel -interrumpió Mafe
-¿Cómo vamos a hacer una chimenea? Ustedes están locos- aseguró Chofi mientras movía sus pequeños dedos como un látigo.
-Preguntémosle a la abuelita- Dijo Mafe mirándolos con los ojos abiertos a lo que dan. El trío emprendió una carrera recorriendo la casa buscando a la abuelita.
– Abuelita, abuelita, abuelita- era el grito de guerra.
-Ayúdanos a hacer un pesebre- le pidieron a la distancia y a medida que la rodeaban sin dejarla con más opción que dejar para más tarde lo que hacía. Con calma y risa retiró los lentes de su rostro.
-mm… a ver, a ver qué tenemos aquí de un pesebre- dijo mientras se dirigía al closet. Encontró a María, José la cunita, algunas casitas.
Luego de mucho trabajo y de la colaboración desordenada, lograron un pequeño pesebre con carritos, soldados y dinosaurios-
-Abuelita ¿porque no está el niño en la cuna? – Preguntó Mafe
-Por que nace hasta el 24 de diciembre- contesto la abuelita.
La banda se estacionó enfrente a su trabajo y mirando sorprendidos la maqueta de un extraño pueblo con todo tipo de vehículos y animales sin tiempo o lugar.
– Ya está- dijo Dani – ahora si tiene el Niño Dios donde llegar
– Ahora ¿qué hacemos para Papa Noel? – preguntó Chofi
– Digámosle a mi mamá que nos haga una chimenea- Dijo Mafe
– Si vamos – Respaldo Dani
Empezaron a correr por la casa gritando Mamá, Mamá y Tia, Tia. Hasta que la encontraron y luego de explicar el escándalo.
-mm, a ver ¿cómo hacemos una chimenea para que entre a la casa Papá Noel? – Pregunto en voz alta la Mamá de Mafe mientras caminaba a el estudio donde guarda una gran cantidad de materiales como cartulinas, pinturas etc.
Pasaron las horas y luego de mucho trabajo en una pared de la sala había quedado una muy imaginativa chimea.
La banda se estacionó enfrente al trabajo de la mamá de Mafe mirando sorprendidos.
-Esto no va a funcionar- Dijo Chofi
-Papá Noel es mágico, si entra a las casas por los tubos de las chimeneas estando tan gordo. Debe poder entrar donde no hay tubo. – Explico Dani
Chofi hizo una mueca con su labio y giro la cabeza un poquito. Pero no dijo nada porque la estaba pasando muy bien.
Al cabo de un rato volvió la mamá de Mafe y colgó en la chimenea de juguete tres medias grandes rojas.
– ¿Para qué es eso? -Pregunto Dani
– Son para que Papá Noel deje ahí los regalos- Concluyó la mamá de Mafe.
– ¿Pero luego el regalo no lo pone Papá Noel bajo el árbol? – Pregunto Mafe
-Debajo del árbol aparecen los regalos que se intercambian los familiares.
La banda quedo perpleja.
-¿Cómo sabe Papá Noel o el Niño Dios que traer? – Preguntó Mafe
-Se les manda una carta- Contestó la mama de Mafe
Pasaron los días y el 24 de diciembre se acercaba, las dos niñas y Dani habían planeado esconderse muy cerca al árbol para ver quien trae los regalos. Hicieron sus cartas, oraron el Ángel de mi guarda y le dejaron listo un vaso de leche con galletas a Papa Noel porque dicen que le gusta.
Esa noche se mantuvieron en pie todo lo que pudieron, pero a muy pesar para los tres bebes, se quedaron dormidos.
Cuento de navidad por Fernando Urrea