Colombia pasaba, en el año de 1984, por una terrible crisis económica y un empresario desesperado buscaba respuestas en conferencias y asesores externos. Un día en esa búsqueda encontró en un periódico un clasificado con el titulo “Soluciono su problema”. A la primera sus sentimientos fueron confusos, al final se decide a buscar al autor del anuncio.
Al llegar a la dirección del anuncio encontró un edificio alto y una gran fila que le daba la vuelta. El empresario paciente soportó la larga fila que subía por la escalera cuatro pisos. Luego de cancelar el costo de la cita pudo ingresar a una oficina elegante donde encontró un escritorio moderno con una silla cómoda a lado y lado.
El empresario le hizo la respectiva pregunta y el asesor contestó que para solucionar su problema de dinero lo que debía hacer es instalar una oficina donde soluciones problemas.
Esta historia aunque originada en la imaginación es la recopilación de una sola experiencia que aparece repetidas muchas veces. A lo mejor al leerla puede llegar a sentirse engañado pues la respuesta del asesor aparte de sonar como burla también tiene su carga de estafa. Pero también, y espero que sea lo sucedido, al terminar de leer acepte el consejo y se ponga en manos a la obra para re definir su negocio con el fin de soluciona el problema a su cliente.
Ejemplos existen por todos lados; desde el señor de la vidriería y el plomero pasando por las iglesias. Todos poseen una solución para su problema y obviamente si las personas se sienten satisfechas regresan por mas soluciones.
Normalmente nosotros optamos por escapar a las complicaciones y es razonable tener las normales prevenciones para no enredarse el camino. Igualmente está el conflicto entre nuestra capacidad de oferta y la demanda. Si nuestro producto es bien recibido puede ser un problema por si solo nuestra capacidad de oferta. Ese el primer escaño del empresario en la tarea de ajustarse a la nuevas realidades y el hecho de lograrlo significa que se acerca a la meta de ser un solucionador que verá recompensado su esfuerzo con más dinero. Porque es de lógica entender que entre más complicado es el problema la solución es más costosa.
A partir de este momento ya existe una motivación poderosa para cambiar el paradigma en lugar de rehuirle a las situaciones difíciles encontrará allí una nueva aventura diaria que le llena de satisfacciones que fortalece el trabajo en grupo, que lo obliga a mejorar su equipo, y al final del día el eslogan será: “Mándenme más problemas”.
Autor: Fernando Urrea
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